Licencia

Creative Commons License
Lo escrito en "Rincón de lectura (mis historias)" by Shiroki is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España License.
Based on a work at unsuspiro-on-mind-shiroki.blogspot.com.

domingo, 29 de agosto de 2010

Cuarto

Portas abertas, entra unha muchedumbre. Ninguén sabe quen chegara antes, todos corren, voan.
Desexan chegar primeiros, desexan que non teñan postos controis, desexan que o simple desexo de velos, sexa máis que suficiente para consguilo.
Volvense a abrir outras portas. Voltan de novo as carreiras, corre pra aqui, corre pra alá. Pero ninguén sabe quen será o primeiro.
Un cuarto, aberto cuarto, corre a xente, voan, pero só unha persoa chegará. As demais, felices pola enrada, desilusionadas por non chegar, vivirán felices o momento que tan anhelado chega a comezar.
As luces saen do escenario, o primeiro grupo comeza, a xente chease de emoción, todos bailan, bailan sen saber quen o fará mellor, pero xa non compiten, agora teñen todos o mesmo propósito, disfrutar, pasalo ben e admirar a beleza do xogo de luces, da posta en escea dos seus ídolos, das bombas de humo, do confeti, do corpo de baile...e incluso eles, dende o máis baixo d'esa nube seguen o compás e os pasos do corpo de baile.
Felices como nunca, un momento único. Peleas por baquetas, por ver a quen está mirando realmente, por saber que cnación interpretará.
Pero ante todo esto, hai algo que realmente úneos, e é o desexo de ver ao seu esperado e ansiado grupo de música, aquel que sin dúbida algunha fará a mellor presentación, aínda que as outras fosen mellores, polo simple feito de ser ELES.
A emoción percorre as veas, a tristeza comeza a actuar. Sabes que só quedan dúas cancións....unha...pero sempre está a salvación da xente, ese recurso que sempre emociónate , roubate as lágrimas, obrigándoas a sair. o fantástico e maravilloso momento do tan coñecido fenómeno "bis"
Todo corre, nada permanece, todo avanza e a noite remata, sabes que non o esquenceras nunca, sabes que nunca, endexamais, podrás agradecerlle ás túas compañías o suficiente como o desexas, porque ese momento máxico, no que a música roza os teus sentimentos expoñéndoos ante todos, e pode tocar o ceo das estrelas, sabes, que nunca o que fagas será suficiente porque o teu agradecemento, vai por riba do que poida pasar na túa vida.

viernes, 13 de agosto de 2010

Pájaros en la cabeza IX

Bueno, después de mucho tiempo sin continuar aquí viene la siguiente entrega de Pájaros, esta vez esperaré escribir, más... ^^, o al menos eso intentaré, jajajaja

_____________________________________________
"...
Aunque parecía absurdo, Alec se había quedado dormido viendo deportes, algo inimaginable, pero ahí no estaba el quid de la cuestión, si no en que su posición era tan extraña como indescriptible.
Decidimos comer, por fin, tratando de olvidar el asunto de su postura para dormir.
Cuando acabamos la silenciosa comida entre mis pequeñas carcajadas reprimidas y sus fulminaciones de mirada, fuimos juntos al salón, y nos sentamos, cada uno en un sillón.
Los segundos pasaban cada vez más insoportables así que decidí marcharme, pero, cuando me disponía a hacerlo él habló.
- ¿Porqué te reiste tanto por cómo dormía?
Mi cara debió ser un poema para él. No tenía una respuesta clara, era...dificil de explicar.
-Nada, nada, déjalo....-traté de buscar una excusa lo más rápido posible- no lo entenderías... - intenté desviar la conversación.
Salí casi corriendo mientras el estaba abriendo la boca para poder gritarme algo....sólo que me encerré rápidamente en mi habitación por lo que no pude escuchar lo que quería decirme, supongo que por suerte.
Estuve respasando anotaciones de los estudioss, escuchándo música, pero mi concentración era nula, no podía parar de pensar en la cara que tenía mientras dormía.
Unos leves golpes en las puertas lograron que mi atención se desviara hasta la puerta entonces vi como se abría y atravesaba mi habitación mi hermanastro.
Sentí como si mi corazón fuese a estalllar, traté de respirar, pero me costaba...
Alec cerró la puerta nada más entrar y se dirigió a mi cama, dónde se sentó.
Continué como si estuviese estudiando, aunque se dificultaba al notar la constante y fija mirada de Alec en mi espalda. De vez en cuando giraba un poco mi cabeza para ver si seguía allí, y, como no, no me defraudaba, incansable, continuaba allí, torturándome, mirándome ciegamente, mirándome fijamente.
Podeis pensar que estoy loca al decir ciegamente, pero era...como si realmente no me mirase, mantenía sus ojos en mí, pero no aparentaba estar mirándome a mi, parecía como si me pudiese atravesar con la mirada.
Cansada, aburrida y agobiada al tenerlo allí, decidí preguntar:
-¡¿Qué?!
-No, nada, déjalo, no lo entenderías. - hizo burla de mis palabras anteriormente dichas, mientras sonreía forzadamente.
-Boh...- mostré mi indignación pero comprobé que me seguía mirando fijamente.
-¡¿Pero se puede saber que ocurre?! - pregunté casi gritando.
-Ya te dije que no me pasaba nada - dijo poniéndo una cara inocente.
Furiosa me levanté y me planté enfrente de él.
-¿Me lo vas a decir de una vez o te largas? - exasperada puse mi voz más amenazante.
Entonces, para mi sorpresa él, Alec, rió y tirándome de un brzao me tumbó sobre mi cama, justo a su lado.
Mi cara enrojeció al instante...él en cambio, actuó despreocupadamentey se echó hacia atrás quedando tumbado justo a mi lado.
-Sé que no me dirás porqué te reías...pero me gustaría que confiases más en mí... - dijo tristemente en un susurro - Sé que a lo mejor no soy la persona más confiable del mundo, y mucho menos la más buena, pero, en serio, me gustaría servirte de apoyo, ya que yo no lo tuve cuando me trasladé aquí...y yo... - dudó al continuar - realmente lo habría necesitado... - finalizó, un poco amargado por ello.
Me incorporé en la cama, quedando sentada, y le miré fijamente a la cara, tenía la mirada perdida en dirección a la ventana.
-Así que ya sabes - dijo más alegremente mientras él también se incorporaba en al cama, y, mientras despeinaba mis cabellos añadió - si necesitas algo, cuenta con tu hermano mayor para lo que sea.
Sonriendo, desapareció de la habitación.
Me volví a tumbar en la cama, mi corazón estaba desenfrenado, y al mismo tiempo dolido, no sabía que hacer... las horas pasaron más rápido de lo que esperaba mientras estaba tumbada, así que cuando fui consciente de estar tumbada, escuché el ruido de la puerta, debían ser Tiara y papá, que acababan de regresar, pero...¡¿ya era de noche?!,¡si a penas acababa de comer hacía un rato!
 Bajé a saltos las escaleras y lso vi allí, en el recibidor, ambos muy pálidos, con los ojos rojos, cansados...y me vi en la obligación de preguntar:
-¿Que es lo que ha ocurrido?
-Y no nos vengais con que es cosa del cansancio. - añadió una voz a mi espalda.

"la luz, el sol, todo es tan puro, que mi negrura no será nada más que tu sombra, o no por el momento...dijo aquella extraña gaviota"

Una vez que estuvimos todos en el salón, nos contaron lo que pasaba, esta mañana le había dado un ataque al corazón a mi abuela, mi abuelo, del susto, mientras bajaba por las escaleras resvaló y se había abierto la cabeza, por suerte una vecina al escuchar mucho ruido había llamado a la policía, y estos, a su vez, cuando aparecieron y pudieron entrar a la ambulancia.
Llegaron demasiado tarde. Los abuelos habían fallecido antes de que llegase la ambulancia.
Al parecer, papá y Tiara no querían contárnoslo por miedo a nuestra reacción, me refiero, no cómo habían muerto, simplemente nos querían decir que habían muerto, una vez que estuviese confirmado, claro está.
No habría funeral, simplemente, velarían toda la noche por ellos.
Las lágrimas brotaban de mis ojos, mis abuelos, aquellas personas a las que casi quería más que a mis padres, me habían cuidado. criado y mimado, no podía pensar que se hubieran ido, no para siempre.
Unos fuertes brazos me arroparon y acurrucada en ellos lloré. No eran nada más ni nada menos que los Alec, que mientras me sostenía delicadamente entre sus brazos trataba de demostrarme, que lo tenía allí, como mi pañuelo.
Logré conciliar el sueño, aunque no con poco esfuerzo, entonces volví a ser consciente de que al levantarme por la mañana empezaría una nueva vida, nadie sabría de la muerte de mis abuelos, por lo que no necesitaba quedarme en casa descansando como habían sugerido tanto papá como Tiara.
No podía hacerlo, si no me deprimiría al volver a pensar en ellos. O no por ahora...
..."