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martes, 16 de febrero de 2010

Pájaros en la cabeza IV

Antes de poner la continuación, para contestar a mi posteadora Alemi ^^
No los acorto a propósito (un poco sí) el motivo es porque si no no queda bien el corte y es mucho peor para vosotros porque pasa a ocupar toda la página (no acabais en la vida de leerlo...) y además así me da tiempo a continuar escribiendo...además con lo que me cuesta ponerme a escribir... xD Gracias por leerlo y comentar ^^

"...
Tuvimos una cena pacífica en la cual cambiamos de tema drásticamente hablando de cualquier cosa, principalmente deportes.
Cuando acabamos subimos Alec y yo a nuestras habitaciones, pero en la puerta de mi habitación se paró en seco, se giró para verme y con un semblante muy serio me dijo:

-Ni se te ocurra subirte a esa silla otra vez, si no llegas a los sitios más altos avísame, por favor – me miró como con abandono y prosiguió – y...¿qué fue lo que soñaste antes, mientras estabas desmayada?¿Por qué te despertaste gritando?
-Pues...-suspiré y al final continué – Si quieres saberlo tendrás que ayudarme entonces a colocar las cosas, a las que no le llego.
-Huum, vale... – accedió seriamente

Comenzamos a colocar las cosas y rápidamente estuvo todo colocado.

-Gracias por tu ayuda, me has sido muy útil – y le sonreí tímidamente.
-Quiero la recompensa, que me cuentes lo que te pasó en ese sueño, no sé si estarás enterada, pero los sueños pueden tener significados.
-Bueno.... – comencé – Había un pájaro, que volaba en círculos rodeándome, todo el tiempo igual hasta que, justo antes de despertarme, se me paró delante y dijo: “Y así será como la muerte nos unirá eternamente, haciéndonos un solo ser” y de pronto todo comenzó a ser negro y...me desperté – no podía decirle que me había visto a mí, delante de un espejo, con la cabeza ensangrentada, chorreándome la sangre por el pelo, hasta llegar a la camisa. Que me había encontrado más pálida de lo habitual, y que mi corazón no latía, que mis cabellos enmarañados, largos y castaños se teñían poco a poco del color ceniza mientras la sangre no hacía más que brotar, que mis ojos castaños también tenían una mirada muerta y que mis uñas, también bañadas en ese espeso líquido rojo estaban partidas y mis ropas rotas. No podía decírselo.
-Bah, no parece tan aterrador como para despertarte gritando “no” – y me hizo la burla respecto a ese grito
-Pero serás idiota – le dije cariñosamente mientras le daba un pequeño golpecito en el brazo – si lo vives es mucho más aterrador que si te lo cuentan
-¿No te dolerá la cabeza, cierto? Lo mejor será que te acuestes temprano – ordenó en un tono más preocupado.
-Vale, vale, pero entonces márchate
-Oh! Yo es que decía que te fueras a dormir pronto para poderme meter contigo en la cama – continuó burlándose
-Venga, vete, rápido – lo apuré
-Cierto, quien intentaría colarse en la misma cama que tú – e hice una mueca como de un escalofrío y se marcho rápidamente cerrando la puerta con la suficiente rapidez como para que el cojín que le acababa de lanzar sufriera un impacto contra la puerta.

Esa noche me quedé dormida con gran rapidez.

“¿Sueñas con una muerte? Pues no dudes que encontrarás la soledad, y la golondrina voló”

La luz entraba ligeramente por la ventana del cuarto, volviéndose a cada rato más intensa hasta que fue insoportable.

-Tsk, ¿porqué no cerré la persiana? – me dije como si de algo evidente se tratase.

Eran las diez de la mañana. Cogí mi bata, más que nada por no pasearme en camisón, y salí de la habitación sigilosamente, bajé a la cocina y me encontré a papá con Tiara.

-Buenos días – semi-bostecé
-Buenos días – me desearon los dos al unísono.
-Espera que te preparo el desayuno – cálidamente pronunció estas palabras Tiara
-Gracias, mientras iré a ducharme – y les sonreí

Fui camino al baño, cogí ropa y toallas y me metí en el baño.
Después de darme aquella ducha me sentía tan relajada y despejada.
Me sequé y comencé a vestir, ya me estaba secando el pelo cuando entró Alec sudado en el baño. Entonces proferí un grito.

-Tranquila, que no te voy a violar ni nada semejante, sólo venía a ducharme, ¿te falta mucho?
-N-n-no, ya acabo ahora – le aseguré ya algo más calmada.
-¿Te importa si espero aquí sentado?
-Pa-pa-para nada - tartamudeé

Me sequé rápidamente y recogí mis cosas del baño lo más rápido posible. Cuando salía por la puerta comentó Alec maliciosamente:

-Que pena no haber llegado un poco antes podría haberme metido contigo en la ducha... aunque supongo que no me he perdido gran cosa, ¿no, hermanita?
-Quien no se ha perdido gran cosa he sido yo, estoy segura - dije indignada
-Luego espérame un momento, por favor – pidió más seriamente.

Bajé a desayunar y cuando llegué encontré a papá riéndose.

-Aquí tienes – dijo dulcemente Tiara
-Gracias – y comencé a desayunar

Cuando estaba acabando el desayuno apareció Alec por la puerta y me dijo, “espérame un momento que quiero hablar contigo”.
Acabé el desayuno y me dirigí al salón, después de agradecerle a Tiara, le seguí, como me había indicado con un gesto.

-¿Qué pasa? – pregunté molesta por la interrupción de una mañana de descanso.
-Verás, yo he quedado con unos amigos, tus futuros compañeros de instituto... – dijo nerviosamente – era por si te apetecía venir con nosotros y así de paso te enseñamos la zona...
-Mmm... no sé...la verdad, aún tengo cosas que ordenar y recoger... quizás sea mejor otro día – me disculpé intentando poner mi mejor sonrisa.
-Vale, si necesitas ayuda llámame al móvil – comentó tristemente – nos vemos más tarde.
-Adiós

Alec salió por la puerta de una forma relajada, dejándome respirar con tranquilidad.

Subí cansada las escaleras y legué hasta mi habitación. Aún a pesar de haber visto toda la casa, no era capaz de orientarme por completo, así que decidí, volver a revisar las habitaciones y esta vez sí, centrarme por completo en la localización. Siempre me pasaba, la primera vez, de los nervios, veía las habitaciones de las casas de una forma, la segunda ya cmabiaban y eran la realidad. La primera observación era como un sueño, como ir flotando sobre una nuve.
Comencé por el primer piso. Al fondo del pasillo, estaba el baño, después al lado, el despacho de papá, después la habitación de Alec y por último la mía. Bajando las escaleras te encontrabas en el recibidor, que daba al salón y del salón a la cocina, o si no, si ibas por la otra puerta dabas a la habitación de papá y Tiara y a un segundo baño.
Desde la cocina había una puerta al jardín; y desde la sala había unas escaleras que daban al garaje.
Di un par de vueltas por la casa para hacer el reconocimiento final, y así no perderme, o al menos intentar no hacerlo.
Subí definitivamente a mi habitación, y comencé a hacer el inventario de las cosas que tenía, para así comprobar que no me faltaba nada. Cuando acabé era casi la hora de la comida y sólo me faltaba el listado telefónico, del resto no faltaba nada.
Avisé a papá, y nos marchamos a casa de los abuelos en su búsqueda.

El recorrido lo hicimos en coche, en silencio mientras escuchábamos la radio. Cuando apenas quedaba un par de quilómetros, comenzó a decirme papá:

-Cariño, ¿por qué no fuiste con Alec ahora por la mañana? – La respuesta era simple, pero papá no la aceptaría así que traté de decírsela de una forma en que no me la pudiera rebatir.
-Pues Papá, fue por el simple hecho de repasar que no me faltaba nada, vosotros dijisteis que no sabíais con seguridad si me faltaba algo, y si no vendríamos a recogerlo hoy...así que preferí no dejar y dejar pasar las cosas, si no, nunca volvería a verlas...o no hasta una visita a los abuelos o de los abuelos...y eso, en caso de que nos acordáramos...
-Está bien, pero por la tarde, ya que no tienes nada que hacer porqué no vas y te diviertes con él, ¿eh? – dijo mirándome como si fuera un perrito perdido en medio de una marabunta de compradores o trabajadores.
-Eerr, de acuerdo... – contesté con un tono cansado.

Nos bajamos del coche y vimos a los abuelos ya en la puerta, al parecer habían oído el ruido del motor del coche y habían mirado por la ventana (una extraña costumbre, creo que se pasan más de la mitad de sus días mirando por la ventana) para ver quién era.
Entre abrazos y casi lágrimas nos recibieron. La abuela preguntó si se habían peleado papá y Tiara, pero les explicó papá que era que yo me había olvidado de algo en casa mientras subía a mi habitación. Miré a todos lados, estaba completamente vacía, al parecer papá y Alec habían hasta subido la cama al trastero de los abuelos y por el suelo no había nada. Cuando me estaba dando la vuelta vi en el alfeizar de la ventana una carta.
Me acerqué hasta ella y reconocí la letra de Gilvert. La cogí. En el reverso ponía “Para Mia”, giré la carta y vi que no había nada semejante a un remitente así que decidí abrirla, pero cuando comencé a despegar la solapa del sobre me di cuenta que ya la habían abaierto antes.
La carta estaba encabezada con un “Querida Mia:” y proseguía con una extensa comuna de letras:
“A mi querida mejor amiga Mia, me enteré ayer cuando fui a entregar en la sala de profesores unas fichas que te marcharías, que no te volveríamos a ver. El corazón se me encogió y empezó a dolerme, parecía como si dos manos lo estuviesen apretando hasta conseguir que se me desangrase.
Al principio no comprendí el porque, y comencé a pensar. A pensar en ti.
No cabía mi asombro y mi tristeza en niguna palabra así que traté de escribir mis sentimientos lo mejor posible.
Cada vez que trato de recordar algo siempre aparece tu dulce y hermosa cara, con tus puros y sinceros ojos, tus labios amapolas y tus ondulados y delicados cabellos oscuros. Tus finas y suaves manos, tu esbelta figura y tu andar de garza. Tu perfección sobre todas las cosas y entonces comprendí, no puedo vivir sin ti, porque no eres tan sólo una amiga...para mi...eres algo más... No me gustaría simplemente decírtelo mediante una carta. Por tanto a la salida de mañana te estaré esperando, para decírtelo cara a cara, para que me creas, para que sepas que te amo, para que no me dejes y para que por fin seas mía.
Te amo y no puedo reprimirlo más, te amo y te lo diré hasta la eternidad.
Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo.
Siempre tuyo,
Gilvert.”

Pude comprobar que la habían comenzado a romper,y supusse que no sería Gilvert, él siempre había sido muy cuidadoso con las cosas, si algo le quedaba mal lo repetiría las veces necesarias hasta estar perfecto.
Por fin comprendí aquel trastorno de personalidad de Gilvert, por la fecha que vi en la cabecera de la carta la había escrito el jueves, supongo que para que la leyera el viernes antes de ir a clase.
La guardé a mi espalda, entre la camiseta y la chaqueta y bajé.

..."

El próximo día conitnúo con la siguiente parte ^^ (Espero no haberme quedado corta con este fragmento u.u) aún así, tened en cuenta que a partir de ahora la cosa irá más lenta ^^
Disfrutad mientras podais porque las ideas me llenan la cabeza pero una vez me siento a escribir se esfuman como el humo ^^

3 comentarios:

  1. ^^Esta vez está bien el tamaño:b
    Alec cada vez me gusta más y Gilvert...Gilvert es un poco paranoico.XD
    Sigue escribiendo,si se te acaba la inspiración...habrá algo más que palabras.lol

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  2. me encanta Alec!!!!!!!!!!!!!!!!!!Gilvert es un pesado y un petardo,demasiado enpalagoso.=D
    esta interesantiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo.
    Paula,me e enganchado,en serie.Es chulisima la historia!!!!!!!!!
    como se te vaya la inspiracion ya soy otra para devolvertela a vase de palizas.xD
    escribe mas pronto!!!!!!!!!!!!!!!xfa!!!!!!!!!
    Besos.

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  3. Me encanta!!! Escribes genial, Paula!! xD Estuvimos leyendola Noelia y yo juntas y por cada cosa que pasaba entre Alec y Mia nos quedabamos: O_o!! xDD Porfa!! escribe pronto o me uno a lo de las palizas..!! Quedas avisada xDD Saludos!! ^^

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